Día de Muertos (2 de noviembre)

Honrando la memoria de nuestras maestras y maestros en el Día de Muertos

En este Día de Muertos, mientras los vivos recordamos con cariño a quienes se han adelantado en el camino, nuestro corazón se vuelve con especial gratitud hacia las y los maestros que sembraron conocimiento y valores en nuestras vidas y en la de innumerables generaciones.

Hoy, la luz de las veladoras y el aroma a cempasúchil no solo guían a las almas, sino que también iluminan la huella imborrable de educadoras y educadores que, con pasión y sabiduría, dedicaron su existencia a forjar mentes y espíritus. Sus lecciones trascendieron el aula, sus consejos resonaron más allá de las paredes, y su legado perdura en cada estudiante que tocaron.

Honramos a nuestros maestros fallecidos con el respeto y el cariño que se ganaron. Su memoria vive en cada enseñanza que aplicamos, en cada valor que defendemos y en cada paso que damos hacia un futuro mejor. Que su luz siga inspirando nuestro camino.

Calaverita al Centro de Innovación Docente (2 de noviembre de 2025)

La flaca, de pronto, llegó sin avisar, buscando una clase modelo para evaluar. Al ver el CID con tanta web y tutorial, pensó: "¡Aquí el aprendizaje es digital y mortal!".
Preguntó por la directora, con su libreta en mano, quería llevarse a un gurú del saber humano. "Él anda en la Nube", le dijeron con rigor, "Diseñando un curso online con mucho fulgor".

Se fue al área de becarios, donde la innovación se siente muy viva. Vio a maestros grabando, con luces y con voz, ¡Y a la Huesuda le dio un ataque de tos! "¡No puedo llevármelos!", gritó con gran pesar, "Están muy ocupados, no hay tiempo para viajar".

Entre Zoom y Moodle, y proyectos a destajo, la Catrina comprendió: ¡No tienen un solo atajo! "Mejor me quedo a tomar un taller de didáctica", pensó la calaca, con una idea práctica. Si la vida es un proceso que hay que mejorar, ¡El CID le enseñaría a la Muerte a innovar!

Así que se sentó con su laptop y su café, a aprender a programar de una vez por todas, ¡qué fe! Y el CID siguió trabajando con gran emoción, ¡Pues a la Muerte le dio una beca de formación!

 

Calaverita a los becarios del CID

Estaban los becarios muy quitados de la pena, entre reportes, formatos, y alguna que otra "encomienda". La Calavera llegó, buscando un servicio urgente, ¡Quería un tutorial para asustar decentemente!

Vio al joven, muy atento, revisando un portafolio, dijo la Huesuda: "Te toca el viaje, sin consuelo ni bollo". El becario respondió: "Mi servicio no ha concluido, si me llevas, no hay quien arregle este documento perdido".

La Flaca se quejó, mirando el reloj sin prisa: "¡Tanta innovación me causa una gran crisis! Veo pantallas, webinars, y proyectos por montón, ¿Quién me va a enseñar a usar esta tal 'Moodle' en el panteón?". Luego vio a la becaria, editando un video online, pensó la Catrina: "¡Su destreza es algo divine! La necesito en mi equipo para hacer mi ofrenda virtual... ¡Que dé clases de marketing en el reino celestial!".

Los becarios del CID, con una sonrisa pícara, le dijeron a la Muerte: "La práctica es la clave, mi guapa, chica rica". Ella, al fin, aceptó que su esfuerzo es esencial, y se llevó un reporte, ¡dejándolos en paz por un año más, genial!

 

Calaverita a Julieta Fierro Gossman

Andaba la Catrina volando en el cosmos profundo, buscando una estrella con un conocimiento rotundo. Vio a Julieta Fierro dando una clase con gran don, explicando del Universo la más compleja lección.

La Muerte, con su guadaña, quiso asustarla un poquito, pero Julieta, sonriente, le habló de un agujero negrito. "¡No me asustas, Huesuda!", dijo la gran astrónoma, "Yo he viajado en el tiempo, sin tener que ir a tu lóbrega zona."

La Flaca se sentó a oír de nebulosas y de ciencia, "¡Ay, yo sólo explico el trance con pura efigie o presencia! Necesito un webinar para educar a mi clientela, ¡Que entiendan que el fin no es un drama, sino una simple estela!".

Desde el CID, con respeto, le rendimos homenaje, por hacer de la ciencia un hermoso y claro paisaje. Su pasión por el saber, que a muchos el miedo les quita, es la luz de una luciérnaga, Pyropyga julietafierroae bonita.

Que en el cielo o la tumba, su voz nunca se eclipse, pues su lección de vida es un gran Doctorado Honoris Causa. ¡Ni la muerte más innovadora podrá borrar de la historia, a la maestra que nos enseñó con sabiduría y gran euforia!